miércoles, 15 de diciembre de 2010

El Perfume Asesino

(Narración Del Libro "El Perfume"):

“El hedor se convertía en infernal
Durante ochocientos años, se había llevado allí a los muertos del hospital
Durante ochocientos años, carretas con docenas de cadáveres habían vaciado su carga día tras día en largas fosas
Y durante ochocientos años, se habían ido acumulando los huesos en osarios y sepulturas.

Hasta que llegó un día, cuando algunas fosas rebosantes de cadáveres se hundieron
Y el olor pútrido del atestado cementerio incitó a los habitantes a protestar,
A organizar verdaderos tumultos, en que fue por fin cerrado y abandonado
Después de amontonar los millones de esqueletos y calaveras en las catacumbas.

Una vez hecho esto,
En el lugar del antiguo cementerio
Se erigió un mercado de víveres.
El lugar más maloliente de todo el reino.

El calor se abatía como plomo derretido sobre el cementerio
Y se extendía hacia las calles adyacentes como un vaho putrefacto,
Que olía a una mezcla de melones podridos y cuerno quemado.

Cuando se iniciaron los dolores del parto
La madre, se encontraba en un puesto de pescado
Escamando albures que había previamente destripado.

Los pescados, seguramente sacados del Sena aquella misma mañana,
Apestaban ya hasta el punto de superar el hedor de los cadáveres.

El olor era a pescado podrido y a cadáver.
Su carne sanguinolenta,
Se distinguía apenas de las tripas de pescado que cubrían el suelo.
Por la noche, todo era recogido con una pala.
Y llevado en carreta al cementerio o al río.

Y fue rodando hasta el centro del arroyo,
Donde quedó inmóvil,
Con el cuchillo en la mano”.

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